miércoles, 31 de marzo de 2010

Las mentiras del toreo...

•  Tenemos que dejar claro lo que Mediamart nos recuerda a menudo, lo que Ketama puso de moda...."no somos tontos". Es posible que un poco inocentes sí sean los aficionados a la Fiesta de los toros pero para eso está "El Puyazo Enmascarado" para aclarar dudas y que no nos tomen por lelos.
 

 
De toda la vida se empeñan los taurinos en negar que los toros se "afeitan". Sí, se afeitan, se afeitaron y se afeitarán. Está claro que no se realiza esa práctica fraudulenta en corridas de poco postín y con toreros "arriaos", sin suerte y sin fortuna. Así que queda claro que cuando veamos anunciados toreros sin fuerza...no afeitado. Cuando veamos figuras....no hay duda.
 

 
Segunda puntualización. Algunas veces toreros medianitos se quejan de que las grandes figuras les han vetado en tal o cual plaza, en tal o cual cartel. El torero figura lo niega, su apoderado también. Pues no, no es cierto, existe el veto de los toreros mandones hacia los pobretones. Siempre exigen compañeros de cartel. Que quede claro.
 

 
Una mas y esta va con pregunta. ¿Porqué los empresarios y los toreros ocultan los honorarios pactados o cobrados? ¿Porqué una empresa como la de Sevilla dice que José Tomás no toreará en la Maestranza por cuestiones de dinero y no dice cuanto ha pedido y cuanto le han ofrecido? ¿Porqué el propio José Tomás y su apoderado callan como putas y no dicen cuanta pasta quieran cobrar?
 
En fin que el aficionado como el cabrón, siempre es el ultimo que se entera.....y si se entera.
 
Hay una verdad, el toro no miente, hiere y puede matar.....lo demás como la copla...."mentira...todo es mentira....."
 
Es una opinión crítica de 'El Puyazo Enmascarado'
 
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Rafael de Paula en mi aire vivido...

•  En el aire donde cada día le doy contento y forma a los sueños; en el mismo aire donde habita la soledad escogida; en el silencio vegetal que vale más que todas las palabras juntas y por juntar; donde viajo desde el barro a los colores o de la tierra al arco iris. Alcanzo con la yema de los dedos un sueño: Rafael de Paula visita mi estudio de "Pico del Campo" en Alcalá de los Gazules. Mientras, a través del ventanal, la naranja del sol va escondiéndose -poquito a poco- entre la copa de un árbol solitario en la raya del horizonte. La atmósfera por unos instantes, dora la figura imponente del gitano de Jerez. A la par que desde un huerto cercano, el viento trae el canto de un gallo despistado que confunde el alba con la atardecida.
 
La estampa misteriosa de Rafael recortada entre el claroscuro del día que se va. En el ángulo de la tranquilidad, despertando el vacío con su sola presencia, medio veroniqueando el tiempo. Al instante, me acuerdo de Sartre cuando dice que la emoción es una brusca caída de la conciencia, en lo mágico. Y la voz fantasmal de Bergamín con arreboles místicos entre la campana de la tarde: "El toreo tiene su música callada como los astros y su soledad sonora".
 
Rafael de Paula, habla lo preciso, midiendo el verbo igual que templa el toro. Mas que hilvanar las palabras torea la sabiduría al natural. Humo y sintaxis gítana -con gotas de retranca- con el pecho por delante. Roto en su gloria con un puñado de duendecillos barrocos que nimban su retrato. Y el hálito divino entrándole por la palma de las manos. Sabe igualar lo vivido con las cavilaciones a sabiendas que la fogata - interior o no- del soplo siempre es bien agradecida y que el rescoldo bien soplado reanima la llama. Para no acabar nunca - venga como venga la veta - en el frío incendio como en el sentir de Cesar Vallejo.
 
La vida del enduendado torero no cabe, como el cante jondo, en el papel, porque está bordada al mismo tiempo de oro y azabache y soplos misteriosos como pájaros migratorios que van y vienen. Con solo verlo se transparenta el toreo. De las lanzas afiladas al calor de la bulería. Pasa sin solución de continuidad de las fatiguitas mortales a la gloria. "Un hombre sin dolor, no es un hombre" (Proverbio chino). De gitanillo con mono de mecánico vuela a la catedral del toreo. En un santiamén, de monaguillo a pontífice gitano. Menguando las sombras por el sol. Inspirador donante de musas y duendes de artistas (escritores, poetas, pintores, escultores, músicos ... ) Y modelo de los palos grandes del cante. Niño gitano del barrio de san Miguel. Oyendo con los ojos el corazón del yunque trazando a fuego los vientos antiguos. Sabe lo que es la libertad del ave solitaria; pero por mor de la vida y sus conjuntos sufre también la escarcha de lo contrario. Rafael como su devoción y devocionario Juan Belmonte lleva el toreo en la masa de la sangre, con acento personal y caricia, esperando siempre ese toro azul que no llega.
 
Rafael de Paula, el hombre capaz de parar el reloj. Como un sueño cercano, palpable lo veo habitando por unos instantes en mi aire vivido. Mientras que de la memoria se me escapa el murmullo de sus tardes de gloria (los malos tragos se los llevan el humo de su cigarro impenitente). Auténtico, de vibrante intuición, sinceridad emocional, divino; pero con depurado oficio -digan lo que digan- porque jamás usa trucos ni martingalas; ni del gayo o matante colorido. Armonía pura aliada con el sentimiento. La paleta caliente (los tonos marrones) domina siempre su vestuario torero. Coleccionista de tópicos. Sin olvidar que los tópicos siempre tienen su razón de ser. El Gitano de Jerez, juega a pisarle las sombras al misticismo; a la "veta brava" del romanticismo o con aroma plateresco se mueve en otras esferas de la vida diaria. Hace tiempo que canjea el oro del vino de Jerez por el oro bordado de la manzanilla de Sanlúcar, donde mora -desde el lucero a la estrella- con la hondura y pellizco sintiéndose así mismo, ante el burel rojinegro de los almanaques. Como asistido en el poético decir del antiguo escritor barroco Antonio Enríquez: "que de sola la luz siente el sonido".
 
Con el sol ya en pura ascua y los vencejos rayando raudos el aire; el latido de un perro lejano y la brisa moviendo el flequillo de la naturaleza. Rafael de Paula me dedica -contrastando su silueta en la ventana grande que mira al Sur- el libro mítico dedicado a él mismo 'La música callada del toreo', de José Bergamín: "A mi amigo Jesús éste libro torero. 2 de marzo 2004”.
 
Cuando el gitano torea la pluma sobre el papel se pinta en el horizonte una nube solitaria que por su forma -¿no sé porqué?- se figura un toro bravo ¿Sería una metamorfosis de la memoria?).
 
Después Rafael de Paula visita la vieja plaza de toros alcalaína por primera vez. Con la noche reinando y poniéndole una corona mágica a tanto toreo allí vivido; en aquella ardiente soledad tan igual y tan diferente a la de mi estudio. Donde la fantasía torea los recuerdos con el capote de la ilusión del irrepetible torero, que remata con media verónica –la suya- en un reloj de arena la sorda bravura del tiempo y la noche zaína.
 
Por Jesús Cuesta Arana 11/02/10
 
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Entrevista a Francis Wolff, filósofo francés.

•  Filósofo y catedrático en la Universidad de París, Francis Wolff se ha convertido en uno de los intelectuales baluarte en defensa de la Fiesta. Hoy, a las 12 horas, en la madrileña Casa del Reloj presenta su último libro: “50 razones para defender las corridas de toros”.
 
- ¿Por qué 50?
 
- Cuando escribí Filosofía de las corridas de toros (ed. Bellaterra, 2008) sobre la ética y la estética de la Fiesta, las campañas abolicionistas no habían comenzado abiertamente. La situación hoy es diferente, de ahí la necesidad de recoger los argumentos de ese libro y completarlos con nuevas aportaciones, teniendo en cuenta los “ataques” de los anti. Al encontrar más de los que pensaba, surgió la idea de llegar a 50, aunque hay más. He desarrollado poco el aspecto económico y las partes antropológicas y estéticas, que son esenciales para mí. En 50 razones… he preferido situarme en el plano de los valores morales, para mostrar que los anti no tienen el monopolio de la moral ni de la sensibilidad.
 
- ¿Qué tipo de razones va a encontrar el lector?
 
- Por un lado, las que responden a acusaciones que se formulan contra la Fiesta: tortura, sufrimiento del toro, derecho a matar a los animales, crueldad, etcétera. Por otro, argumentos más “internos”, porque aunque las corridas no fueran esa práctica abominable que algunos quieren hacer creer, eso no bastaría para hacer de ellas algo bueno, bello o incluso interesante. Por eso hay que poner en evidencia sus valores ecológicos, culturales, históricos, intelectuales, artísticos y propiamente morales. El tercero tipo de argumentos es de contra-ataque, pues conviene preguntarse si las campañas animalistas ¿no son potencialmente peligrosas tanto para nuestro concepto de humanidad como para nuestro concepto de animalidad?
 
- Dice usted: “Sólo hay un argumento contra las corridas y no es verdaderamente un argumento: se llama sensibilidad”.
- Algunos pueden no soportar ver a un animal herido o muriendo. Este sentimiento es perfectamente respetable. Y no cabe duda de que la mayoría de los que se oponen a las corridas son personas sensibles que sufren cuando imaginan eso. El aficionado tiene que admitirlo: muchos se conmueven e incluso algunos se indignan con la idea de las corridas. La compasión es una de las características de la humanidad y una de las fuentes de la moralidad. El problema es saber si es suficiente: ¿La sensibilidad de unos puede bastar para condenar la sensibilidad de otros? ¿Permite explicar el sentido de las corridas y la razón por la que son una fuente esencial de valores? ¿Puede bastar para exigir su prohibición? Sólo un ejemplo para explicarlo: nunca he soportado el espectáculo del pez atrapado en el anzuelo. Y jamás he pensado condenar la pesca ni tampoco tratar al pescador de sádico. Sin embargo, se ‘sabe’ que los peces heridos ‘sufren’ agonizando en el cubo más que el toro que pelea.
 
- Si, como dicen los anti, al toro se le tortura, ¿qué quedaría de expresión artística en una corrida?
 
- No puede haber justificación alguna en la tortura. Las corridas no son más tortura que la pesca. Se pesca por desafío, diversión, y pasión. Se torean los toros por desafío, diversión y pasión. Además, sin la lucha del toro, su muerte y las diferentes suertes del toreo carecerían de valor. Si el toro fuera pasivo, la lidia no tendría sentido. De hecho, no sería una corrida sino una vulgar carnicería, y por tanto no habría razón para hacer de ella un espectáculo. La lidia no pretende torturar a un animal, sino hacer pelear a un animal predispuesto para la lucha. Si se tortura cualquier animal, incluso un toro, huye, puesto que la fuga es la reacción inmediata de cualquier mamífero ante una agresión. Sin embargo, el toro redobla sus acometidas.
 
- Defienda las corridas con muerte en plaza frente a las corridas a la portuguesa.
- Es un error creer que una muerte ocultada es menos cruel para el animal. Es más bien lo contrario. Un toro que sale vivo del ruedo tendrá que esperar horas antes de ir al matadero donde será abatido. Dejar a un animal bravo, malherido y confinado en un espacio reducido sin opción a la lucha, sí que sería un auténtico calvario para él. La única beneficiada de esta solución sería la hipocresía. Eso de ‘ojos que no ven, corazón que no sufre’, para el toro no deja de ser, en este caso, la definición de la crueldad.
 
- En una corrida, ¿qué justifica la posibilidad de que el diestro pueda morir en el ruedo?
 
- La ética de la Fiesta reposa en dos principios. El primero es que el animal debe morir y el hombre no. El segundo, que el deber de arriesgar la vida es el precio que uno tiene que pagar para tener el derecho de matar al animal. La justificación del primero es que la Fiesta ilustra la superioridad de la inteligencia humana sobre la fuerza bruta del toro. Es una cuestión de justicia: si las posibilidades del hombre y del animal fuesen iguales, sería un espectáculo bárbaro. La justificación del segundo es el respeto que debemos al toro, que es el único animal con el que el hombre se puede medir con orgullo. Es una cuestión de lealtad.
 
- Dé ahora razones por las que incluir la Fiesta en el bando de la ecología.
 
- No se puede confundir “animalismo” con ecología, lo uno es lo opuesto de lo otro. Muchos ecologistas olvidan sus valores para abrazar los valores animalistas, que son contrarios: defender el equilibrio de las especies y la conservación de los ecosistemas no tiene nada que ver con ocuparse de la muerte de cada animal considerado individualmente. A favor de la Fiesta podemos recordar que la ganadería brava es una de las últimas formas de crianza en extensivo en Europa y que goza de un ecosistema único; que quien defiende la biodiversidad debe defender la supervivencia de una raza única, en vez de condenarla al matadero, como sería el caso si se prohibieran las corridas. La Fiesta exige que se respete la naturaleza del toro, tanto en su vida, que debe ser libre, como en su muerte, que debe ser luchando.
 
- ¿Por qué el aficionado no debe caer en el proselitismo y el anti taurino en demostraciones de intolerancia?
 
- Cada uno debe respetar la sensibilidad del otro. Coexistir con discursos taurinos, vivir próximo a los toros, relacionarse desde niño con este mundo y tener admiración hacia el toro y su bravura, son elementos que han forjado la sensibilidad necesaria para la percepción de este espectáculo. Lo que sería visto como un acto de crueldad en Londres o Estocolmo se vive y entiende en Dax, Bilbao, Sevilla, Nimes o Madrid.
 
- ¿Qué entiende por la ética de la bravura?
 
La bravura es la única justificación de la corrida y su mayor gloria. No hay otro fundamento: sin bravura, no hay embestida del toro y, por tanto, no hay corrida; sin bravura no hay tampoco ética, porque es en su lidia donde el animal se adecua a su naturaleza de bravo. A la bravura del animal responde el valor del hombre, de tal forma que bravura y valor son los dos pilares de las corridas de toros.
 
Por Laura TENORIO/La Gaceta 27/02/2010.
 
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La foto peligrosa...

•  Hay veces que la realidad no solo supera a la ficción sino que además llega de forma inesperada.
 
De un tiempo a esta parte José Tomás está utilizando en todas sus actuaciones al consabido matador convidado de piedra. Es decir, un torero por delante en todos sus carteles que no moleste, que no tenga honorarios altos y que permita de esta forma que la atención y atracción de todos se centre en su persona y su obra. Esto, mientras ese torero haya sido Luis Francisco Esplá u otros, ha surtido el efecto deseado. Pero hay un peligro inminente: LA FOTO.
 
Sólo una foto de Julio Aparicio en la revista APLAUSOS en su actuación con José Tomás en Castellón me ha impulsado a escribir estas lineas. Aparicio es un torero veterano, puede ir por delante, reune todas las condiciones pero con lo que no se cuenta es que con sólo un lance como el de LA FOTO puede acabar con cualquiera de los que actue en el cartel e incluyo a Tomás. Porque el de Galapagar se queda quieto, muy quieto, templa, torea despacio pero arte.....lo que se dice estar tocado con la varita de las esencias gitanas....no, de ese no. Y ahí que puede llegar Julito y con un par de lances como el de LA FOTO puede acabar con el cuadro.
 
Pero no me malinterpreten. LA FOTO es peligrosa, pero no para José Tomás, lo es para Julio que dejaría de acompañar en ese cartel. Claro que si la gente se diera cuenta y valorara un toreo y otro posiblemente sería Aparicio el que tuviera que buscar un torero por delante......¿ o no ?..
 
JUAN BELMONTE 26/03/2010
 
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